y famosa por la zona del puerto.
Bryggen es un barrio tan bonito que casi podría parecer un decorado de cine. Perderse por sus calles y sus tiendas es una gozada.
Los barrios residenciales de la zona eran igual de agradables de ver y pasear. Alojarse en uno de ellos ha sido todo un acierto.
La ciudad está rodeada por varias montañas. Es casi obligatorio visitarlas. Una de ellas, el monte
Floyen, tiene un funicular que es una atracción en sí misma. Las vistas son espectaculares.
Una vez arriba los paseos por los bosques y lagos son una alternativa relajante.
La otra montaña más famosa es el
Ulriken. Tiene una altura de 643 metros y aunque se puede subir a pie merece la pena hacer la cola del funicular.
Las vistas son increíbles. Admiro el enorme respeto que tienen allí por el medio ambiente y la forma en que lo cuidan y disfrutan.
... o la larga jornada hacia el
Trolltunga: Unas 10 horas de dura marcha no apta para todos. No tengo palabras para esa experiencia tan agotadora y satisfactoria. Horas de caminar en silencio con unas vistas tan impresionantes y entornos que van del bosque frondoso a la (casi) escalada o las nieves de la montaña que te dejan literalmente sin palabras.